miércoles, 1 de abril de 2009

cómo ser una vaca

El séptimo arte enseña,critica,es un billete para cualquier avión o tren,te lleva a lugares imposibles o,simplemente, te da la introducción perfecta para reanimar tu rincón en la red.

Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact disc y abrelatas eléctricos. Elige buena salud, colesterol bajo y seguro dental. Elige hipoteca a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos un traje de marca en una amplia gama de putos tejidos. Elige bricolaje y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá a ver teleconcursos que embotan la mente y aplastan el espíritu mientras llenas tu boca de puta comida basura. Elige pudrirte de viejo cagándote y meándote encima en un asilo miserable, siendo una carga para los niñatos egoístas y hechos polvo que has engendrado para reemplazarte. Elige tu futuro. Elige la vida…


Ahora nadie te pedirá que elijas una vida, sino que elijas en qué parte de la vida quieres hallarte, ya no es importante que escojas una hipoteca, más que nada porque no hay dinero para comprarlos, lo importante es escoger un bando y defenderlo como si de una guerra se tratara.
Esa guerra en ocasiones es santa, con pancartas se pretende un estado espiritual, con descalificaciones un desgarro radical del pasado, y mientras tanto el mundo no posicionado acude atónito a los comentarios en el bar, donde decir el bando, en este caso compromete y mucho.
La otra guerra se libra en asientos revestidos con cuero, las armas son muy simples, la palabra carente de brillo, la risa fácil del amigo buscando el aplauso circense. En esta el contraataque es una réplica con antecedentes que tiran de hemeroteca para echar a la cara errores del pasado. En esta guerra van todos marcados cual vacas, colores o posiciones son la cicatriz que a base de comentarios, muecas o prensa destapan aquello que debería ser el tesoro mejor guardado del ciudadano, su voto.
Como en toda guerra hay muertos, víctimas y americanismos, los daños colaterales, en este caso todo es uno, pierda usted su derecho más preciado, hágalo por aquellos que perdieron la vida para dárselo, diga usted a quien vota y no sólo eso diga también los motivos, diga que lo hace porque lee su boletín oficial,la prensa en ocasiones excesivamente lame culos,porque discute con sus amigos al no pensar lo mismo, porque le genera mal humor escuchar las opiniones contrarias. Entonces mírese al espejo y no se estrañe, porque llevaré una serie de números en una chapa en su oreja y se encontrará rumiando al televisor. Todo será obra suya, se habrá convertido en una vaca, un animal común que vive para comer y cagar, entonces no exija que rebajen los impuestos o que le devuelvan su empleo, los políticos no suelen hacer caso y menos a las vacas,

1 comentario:

Francisco Campos dijo...

Si los ciudadanos somo vacas, está claro que los políticos son cerdos.
Los culpables de la llamada gripe porcina, otra maniobra Rumsfeldiana para engrosarse el bolsillo.

Da bastante miedo no asustarse, no?


PD: Entonces mírese al espejo y no se estrañe