domingo, 26 de abril de 2009

será sólo un minuto


Hay veces que tiene un nudo en el estómago y no sabe cómo hacerlo desaparecer, en esos momentos desearía detener a cualquier persona que pasara a su lado con algo de tiempo para escuchar.
¿qué tendría que contarle? No son grandes desgracias, el pobre transeúnte creería que se trata de una crisis momentánea, caprichos del destino, un mal despertar, pero realmente es una historia de verdadera soledad.
Cuando lleguen al capítulo de las noches en vela llorando sin motivo alguno un desconocido hará lo que tantos tendrían que haber hecho antes, un abrazo sin ningún tipo de juicio servirán para que la historia continúe, porque hay mucho que contar.
Después vendrán los complejos, los celos de la nada, las historias inexistentes, las noches de miedos que la transportan al peor de los infiernos para, al despertar, ver que nada había cambiado, seguía en el mismo lugar.
Aquel deseo de tener un desconocido también es un sueño, más bien una pesadilla, pues sabe que jamás se hará realidad, no hay valor, no para contar los problemas y volver a respirar, sino para afrontar la verdad, se siente sola tanto que sueña con un desconocido que le ayude a cambiar.

1 comentario:

Francisco Campos dijo...

Increíble,
Incognoscible,
Infinito.

Formamos parte de una especie que da gusto conocer, o mejor dicho, da gusto comprobar que es imposible conocer.

Somos tan frágiles, tan tontos, tan hipócritas, tan odiosos y odiables...
y al mismo tiempo tan geniales, tan cómicos, tan inteligentes, tan capaces de cambiar un planeta a tantos niveles...

Estudiar la especie humana es el mejor error que he cometido en la vida.


(gran relato, una vez más ;)