Porque todos lo llevan consigo, puede estar en la primera página o en la última, pero siempre es encontrado por alguien capaz de disfrutarlo.
No importa el orden ni la duración, en un cuadro sería el logro de mirar a través de los ojos de su autor, en una película sentir lo que ellos sienten, llorar y reír con ellos.
He encontrado el capítulo 21. La ciudad, el amor, ella y él y Jano. Teka tenías razón, el hombre de dos caras que cuelga de una pared de mi habitación sí es él , Horacio me lo ha dicho después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás.
Cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos, un diccionario de caras y días y perfumes que vuelves como los verbos y los adjetivos en el discurso, adelantándose solapados a la cosa en sí, al presente puro, entristeciéndolos o aleccionándolos vicariamente hasta que el propio ser se vuelve vicario, la cara que mira hacia atrás abre grandes los ojos, la verdadera cara se borra poco a poco como en las viejos fotos y Jano es de golpe cualquiera de nosotros.
En el capítulo 21 él ha descubierto que el amor entre la Maga y yo crece un cañaveral de palabras, apenas nos separan unas horas y unas cuadras y ya mi pena se llama pena, mi amor se llama amor.
Y al final del capítulo 21 él dice: Y con tanto ciencia una inútil ansia de tener lástima de algo, de que llueva aquí dentro, de que por fin empiece a llover, a oler a tierra, a cosas vivas, sí por fin a cosas vivas.
No importa el orden ni la duración, en un cuadro sería el logro de mirar a través de los ojos de su autor, en una película sentir lo que ellos sienten, llorar y reír con ellos.
He encontrado el capítulo 21. La ciudad, el amor, ella y él y Jano. Teka tenías razón, el hombre de dos caras que cuelga de una pared de mi habitación sí es él , Horacio me lo ha dicho después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás.
Cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero qué es el recuerdo sino el idioma de los sentimientos, un diccionario de caras y días y perfumes que vuelves como los verbos y los adjetivos en el discurso, adelantándose solapados a la cosa en sí, al presente puro, entristeciéndolos o aleccionándolos vicariamente hasta que el propio ser se vuelve vicario, la cara que mira hacia atrás abre grandes los ojos, la verdadera cara se borra poco a poco como en las viejos fotos y Jano es de golpe cualquiera de nosotros.
En el capítulo 21 él ha descubierto que el amor entre la Maga y yo crece un cañaveral de palabras, apenas nos separan unas horas y unas cuadras y ya mi pena se llama pena, mi amor se llama amor.
Y al final del capítulo 21 él dice: Y con tanto ciencia una inútil ansia de tener lástima de algo, de que llueva aquí dentro, de que por fin empiece a llover, a oler a tierra, a cosas vivas, sí por fin a cosas vivas.
4 comentarios:
es fácil encontrar algo así en Rayuela
Me he acordado de que tenías un precioso blog al que me enganché en un principio y en el que he decidido escribirte =)
si crees que seré capaz de hacerlo y si me lo recomiendas, me gustaría leer Rayuela
birritas?
claro que soy capaz,y te lo recomiendo se sobra,Herraez tiene razón al estar enamorado de este libro
y las birras las necesito!!!!
corrijo claro que serás capaz,después de tanta vendetta, escarabajos,bueno no lo dice así, y tantas cosas Maga y Horacio te encantarán
un besazo pequeña!
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