lunes, 14 de julio de 2008

se acabó

Mientras el sol tostaba poco a poco su piel una idea le rondaba la cabeza. Había llegado el tiempo de la tranquilidad, nada tenía que hacer y aun así de su mente no podía alejar las antiguas preocupaciones.

No por cambiar de estación cambia de problemas la gente, pensó.

Una dulce melodía le acunaba mientras la brisa hacía más pasajera la tarde. Llamadas, mensajes, cartas, de algún modo tenía que regresar al mundo real, no podía volver a caer en la soledad en la que había habitado durante un año.

Mes tras mes se fue alejando asustada de no poder devolver todo lo recibido, de no estar a la altura, de no igualar las expectativas marcadas.

Había abrazado esa soledad de la que se habla en algunas canciones, y que parece ser una grata salida, pero se había dado cuenta de que si quieres tener sueños y cumplirlos también querrás tener a alguien con quien compartirlos.

Después de un año y muchas lágrimas derramadas noche tras noche, se había dado cuenta de que el amor no es perfecto, de que el cariño imperfecto existe y es el que hace que tengas un nudo en el estómago. Por fin ella sabía que Hollywood se acaba a las dos horas y que nunca habrá una rosa púrpura del Cairo en su vida.

Después de un año, bajo el sol y una suave brisa por fin se dio cuenta de que no tenía miedo a enamorarse.

No hay comentarios: