y ahora Klimt, en la vida y la muerte, en la divisón del mundo, un empeño más de hacernos sentir diferentes y distanciarnos, porque todo tiene que ser bueno o malo, o algo te gusta o lo odias, el término medio en el que se encontraba la virtud ha muerto
ha muerto porque encendemos la televisón y vemos a una clase política dividida, encendemos la radio y oimos partidismo, la objetividad no existe pero tampoco una interpretación justa de la realidad, nada ya no queda nada, todo se fue con la razón
hace tiempo matamos la sonrisa,pero también vamos matando poco a poco la razón, el arraigo por la vida, no propia eso sería algo imposible en el egoismo, por la vida ajena que rodea la nuestra y le da sentido
salimos a la calle y encontramos a gente que, cuando teníamos su edad, nos hubiera parecido 5 años mayor,las estanterías han perdido su bellaza natural y son el cementerio donde habita el polvo, los cafés valen 5 euros y llevan puesto tu nombre, la exclusividad al poder, y las birras...tanto tiempo esperándolas para que luego cualquiera pueda disfrutarlas sin apreciar que no es cebada, sino grandes momentos
resulta que hoy me da por quejarme,no me gustaría incluirme en el calificativo de asesina de birras ni de estanterías, tampoco situarme en una escala superior de los que sí lo son, simplemente se trata de una crítica que proviene de una pequeña desquiciada, a la que le da por pensar demasiado y cagarla más a menudo, a las 2 de la mañana, juzgad vosotros mismos
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