parece ser que el yo solamente importa a uno mismo, que de cara a la galería se convierte en un ellos, una cifra más que declara,vota, ni siente ni padece
y ese yo piensa que no tiene importancia, se siente, parafraseando al maestro más que habitual por este blog, más solo que la luna, y no sería egoismo darle importancia, sería más bien una lucha contra el conformismo pensar que una voz tiene valía, pero se ve que somos muchos, demasiados y que escuchar a uno solo resultaría una pérdida de tiempo,un bien muy preciado
por eso cuando no gustan las cosas es más fácil callar y echar la mirada al suelo, esperándo que aquellos en los que un día se depositó la confianza hagan algo,pero esa espera en la mayor parte de las ocasiones es en vano
nos contarán historias de personajes que cambiaron el mundo, demostrando que es posible arrastrar a individuos, no a grupos de personas, contagiar esperanza, palabra que dentro de unos años habrá que buscar en diccionarios, corrijo en internet, para saber su significado
sin embargo los malos, porque en todas las historias aparecen, cuentan con una baza en su favor, para lograr esa pandemia de esperanza se necesitan ideales y esfuerzo, y ellos gastan si tiempo en destruirlo
si hay crisis la humanidad entera vive preocupada, informada para ver si su bolsillo acabará tan vacío como cuentan, pero si no hay motivos por los que creer, ideales que seguir, el mundo seguirá acelerado, ritmo frenético de las ciudades incapaz de respirar por la suciedad de sus gentes, parece que el conformismo desaparce cuando el fantasma de los números rojos planea sobre las nóminas
1 comentario:
Hums... ¿has visto ya La Ola?
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