amor se llama juego

Ya lo dijo Sabina: amor se llama juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño
Es un juego, un capricho. Si esperas las mejores cartas, la decisión más adecuada será retirarse a tiempo, pero no esperar nada es complicado.
Es un juego sin comodines, con trampas, la esperanza y los sueños. No dependes de ti mismo, no hay ayudas ni reglas.
No se aprende de los libros ni hay consejos que valgan. Es un nuevo medicamento, según el paciente la reacción es distinta.
Es una droga adictiva, un laberinto sin salida, es motivo de guerras. Todos hablan de él.
Es un cosquilleo en el estómago, ilusiones por cada gesto y cada palabra, son decepciones continuas de las que nada se aprende.
Son momentos de reflexión, miradas de complicidad, un hombro en el que llorar, vuelta a lo mismo de siempre.
Es el café con aquellas personas que te advirtieron de los errores y aun así no se cansan.
Es una espera continua y un tú constante, es enemigo del egoísmo y patrón del desconsuelo.
Una cama vacía y la almohada de los suspiros, es un orgullo tras el rechazo, una asignatura pendiente musa de los más grandes poetas.
Es deseo de todos, vida de pocos, elixir de vida.