le juró amor eterno, le juró por mil años que pasarán jamás borrarla de su mente, le juró cuidarla siempre y pasara lo que pasara, pero hay promesas que no se pueden cumplir...
de nada sirvió el amor eterno y sus promesas de protección, de nada sirvieron los momentos a su lado, las tardes tumbados en la hierba cambiando sueños, los cafés repletos de extraños seres, de nada sirvieron sus largos paseos de domingo....
él marchó, se fue con el frío invierno, nunca pudo cumplir sus promesas, nunca pudo contarle cuál era su único sueño, nunca pudo decirle que su sueño era no partir nunca y así cumplir lo prometido, nunca reunió las fuerzas para decirle que era inevitable, que desde hace mucho sabía que ese momento estaba cerca, pero es que el sueño de ella era no saber,no saber cuándo, cómo, por qué
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