lunes, 25 de agosto de 2008

diario


No seguir los consejos de los padres puede ser algo normal, no comprensible pero sí habitual. Escuchar el tan temido te lo dije de parte de una amiga, era algo que la desconcertada.
No lo hagas, ahora no. Pero ser nerviosa e impaciente no era una de sus virtudes. Antes se hubiera mordido las uñas, antes hubiera fumado un cigarro tras otro, antes hubiera sido optimista y hubiera aguardado con esperanza, pero todo eso ya lo había vivido.
Ella ya había hecho todo eso, ya había pasado por todas las esperas posibles. Se equivocaba una y otra vez, no aprendía de sus errores, no quería pensar que ella era el problema.
Pero qué pensar cuando nada funciona.
Su diario eran simplemente tachones, hojas arrancadas y páginas en blanco.
Demasiado soñadora para afrontar la realidad, demasiado cobarde para cambiarla. Si admite sus errores se hunde, sino lo pierde todo, y... mientras tanto sigue acumulando tachones, hojas arrancadas y páginas en blanco.

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